lunes, 13 de diciembre de 2010

La Justicia

Hola, amigos:

El concepto de la justicia ha estado ligado a la evolución de la consciencia moral del hombre. Por tal razón es usual ver que para el hombre de consciencia moral primitiva, tanto en la antigüedad como ahora, lo "justo" es conseguir para si "la tajada del león", o sea apropiarse de los mayores beneficios posibles en cualquier situación donde se encuentre, sin importarle gran cosa si con ello le causa algún perjuicio a sus semejantes.

En la antigüedad este tipo de hombre era el troglodita que valiéndose de su fuerza física sometía a los demás miembros de su clan; ahora, en las épocas modernas, sus descendientes son los banqueros, políticos y personajes corruptos de toda laya, en diferentes profesiones y oficios, quienes solo buscan enriquecerse a toda costa, sin importar los medios usados para conseguir sus fines.

Cuando las sociedades primitivas consideraron que debería existir alguna forma de defenderse de este tipo de personajes abusivos surgió entonces el primitivo Derecho, en forma de leyes instauradas por los gobernantes de turno en cada nación. Sin embargo, como la evolución de la consciencia moral de estos primitivos legisladores era de todas formas muy baja, estas normas estaban inspiradas en la igualdad y la equidad, pero buscando ante todo la venganza como una forma de "hacer justicia".

Este concepto de igualdad a toda costa es el primer concepto como va aflorando en la consciencia del hombre la percepción de la Justicia. Y esto se ve hoy día en las sociedades más primitivas del mundo, como ocurre por ejemplo en la costa pacífica colombiana, región en la cual este arraigado concepto de igualdad a toda costa se ve incluso entre los niños más pequeños. En esa región, muy visitada por turistas, se les advierte a todos los visitantes tan pronto llegan al aeropuerto que por ningún motivo les den monedas a los niños que los esperan a la salida. Pues bien, en cierta ocasión una señora, conmovida por la extrema pobreza y desnutrición de un niñito de cuatro años, le dió una moneda de $200, equivalente a diez centavos de dólar.

Este noble gesto por poco le cuesta muy caro a esta noble señora, porque antes de llegar al hotel, el cual estaba a poca distancia del aeropuerto y por lo tanto todos los pasajeros hacian el trayecto a pie, de repente se vio rodeada por cerca de doscientos niños con edades entre tres y seis años, quienes airados le reclamaban cada uno una moneda de $200. Como ella no tenía más monedas, la multitud de chiquillos entró en furia e intentaron agredirla con piedras, por lo cual fue necesario llamar a la policía para que la escoltara hasta el hotel.
Según nos dijeron algunos habitantes de esa población, la razón de la ira de los niños era muy clara: si la señora le había dado una moneda a uno de ellos, automáticamente quedaba obligada a darles otra moneda igual a todos y a cada uno de los niños del pueblo, ya que "no era justo" que solamente uno de ellos recibiera una moneda y los demás no.

Este es el concepto de igualdad típico de las mentes primitivas. Y esto es lo mismo que se ve en el famoso código de Hammurabi, de la antigua Babilonia, cuyo princio de justicia era: "Ojo por ojo, diente por diente".
Como en esa época ya el ejercicio de la medicina estaba regulado legalmente dentro de dicho código, era usual que si un médico no era capaz de curar a alguno de sus enfermos usando los conocimientos de la medicina de su época y actuando con la mejor buena fe, con la consecuencia de que el paciente se agravaba o fallecía, entonces al médico se le juzgaba y, de acuerdo con este código, se le causaba intencionalmente un daño físico equivalente a la agravación de la enfermedad de su paciente para que, de este modo, "se hiciera justicia".

Y la aplicación de este codigo era muy estricta: o sea que el daño infligido al médico era milimétricamente exacto al supuesto daño causado al paciente, porque el código no decía : Dos dientes por un diente, o dos ojos por un ojo, sino "Ojo por ojo, diente por diente".

Visto este proceder desde nuestra perspectiva moderna, es obvio que lo que se buscaba era una simple venganza, disfrazada de equidad, y nunca la aplicación de justicia, tal como la comprendemos en la actualidad.

En mi próximo artículo continuaré con el desarrollo de este interesante tema.

Un abrazo para todos.

Efraín

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