sábado, 18 de junio de 2011

LOS NUEVOS DIOSES

Hola, amigos:

"Si la sal se corrompe, quién salará la tierra?" (Gran Maestro Jesús)

Esta cita refleja bastante bien el desconcierto con que Colombia entera asiste al desplome de la justicia en nuestro país. Porque lo que los colombianos de bien vemos hoy no son casos aislados de corrupción dentro de la administración de justicia, como ocurren en muchos otros países, sino una completa y total toma de la misma por parte de los corruptos y de los terroristas de las farc para usarla como otra más de sus "múltiples formas de lucha" contra el Estado y contra los colombianos que repudiamos su brutal ideología.

Y aparte de los aberrantes fallos judiciales que producen día tras día contra miles de colombianos honestos por el solo delito de no pertenecer a las farc o de ser amigos del gobierno anterior, con el mayor cinismo nos quieren catalogar a los 45 millones de colombianos que protestamos contra su proceder como estúpidos o retrasados mentales repitiéndonos, todos los días a través de todos los medios de comunicación, que es nuestro deber "respetar y acatar los fallos judiciales", so pena de incurrir en su santa ira, caso en el cual tendremos que atenernos a las consecuencias.

Esta posición pública de los nuevos dioses de nuestro país, que no son otros que los magistrados de los altos tribunales y los fiscales, no difiere gran cosa de lo que pregonaban los señores feudales en la edad media, cuando por medio de su fuerza y autoridad obligaban a los ignorantes campesinos de sus feudos a "respetar sus derechos", entre los cuales estaban el horroroso "derecho de pernada", el cual consistía en que si alguna muchacha soltera de su feudo quería contraer matrimonio ella tenía la obligación de tener relaciones sexuales con el señor feudal durante la noche anterior a la boda, so pena de ser castigada con la muerte.

Afortunadamente, para bien de la humanidad, hubo muchos valientes que no aceptaron esta injusta orden de sumisión extrema y el sistema feudal colapsó con la revolución francesa, por lo cual esas horrorosas leyes feudales hoy son historia o, mejor, una gran mancha negra en la historia universal.

Pues bien, los colombianos estamos en mora de comenzar a tomar consciencia sobre el papel que debemos desempeñar en la evolución de nuestro país, aunque sería mejor decir en la supervivencia de nuestra nación como tal, porque al paso que vamos los corruptos y los terroristas nos llevan mucha ventaja en su afán de convertirse en los nuevos dioses de 45 millones de colombianos y, si los dejamos, tarde o temprano muchos tendrán que arrodillarse ante ellos, besarles las manos, prometerles fidelidad eterna para no cuestionar jamás ninguna de sus brutales injusticias y así disfrutar de la paz de los esclavos y de los enfermos mentales que ni siquieran saben en qué tiempo o lugar viven.

Eso es lo que quieren hacer con nosotros los corruptos magistrados de las altas cortes y los infiltrados de las farc en la fiscalía general de la nación de Colombia. Invito a mis compatriotas a meditar sobre este tema, a pensar en qué clase de país queremos vivir y, sobre todo, qué clase de país deseamos dejarles a nuestros descendientes.
Y si la resolución de cada uno de mis compatriotas de bien es la misma mía, entonces nunca tendremos miedo a las represalias judiciales de estos funcionarios corruptos y los denunciaremos una y otra vez, así sea solamente por internet, pero jamás nos convertiremos en serviles esclavos de sus injusticias.

Hasta nuestro próximo encuentro, queridos amigos.

Efraín

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