martes, 26 de abril de 2011

LA JUSTICIA: UNA NUEVA MERCANCÍA

Hola, amigos:

"Bienaventurados quienes tienen hambre y sed de Justicia, porque ellos serán saciados"
Gran Maestro Jesús.

He querido comenzar hoy con esta cita porque la misma refleja bastante bien la enorme frustración que la gran masa de la población de muchos países experimenta hoy día ante el desplome casi universal de la Justicia como Principio Universal y como el máximo instrumento para mantener el orden social en los países civilizados.


El hecho es que la llamada "inversión de valores" característica de nuestra época ha llevado aparejada la nueva moda de considerar que la Justicia está disponible, al igual que muchas otras mercancías, a la venta al mejor postor. Y esto no ocurre solamente en Colombia, sino también en otros países supuestamente "avanzados" en desarrollo social como ocurre, por ejemplo, en los Estados Unidos de América.

En ese país es común evadir un castigo de largos años en prisión mediante el pago de una elevada suma de dinero al Estado norteamericano, para que cese algún procedimiento judicial grave que puede incluir el delito de asesinato y para que sus autores gocen de plena impunidad y de manera absolutamente legal.
Y aunque esto suene como un caso imposible, fue eso precisamente lo que ocurrió con un grupo de directivos de una empresa minera norteamericana que opera en el norte de Colombia, quienes al parecer pagaron a un grupo de asesinos para que mataran a varios sindicalistas de esa empresa. Estos dirigentes fueron denunciados ante un tribunal norteamericano, pero quedaron libres de toda sospecha cuando accedieron a pagar al fisco norteamericano la suma de US$25.000.000. Ellos pagaron y...listo. Todo arreglado y de manera "legal", debido a que este procedimiento está reglamentado y autorizado por las autoridades judiciales de ese país.

Y sin ir más lejos, por estos días la prensa internacional está informando sobre el contenido de cientos de mensajes internos del gobierno norteamericano referentes a los presos de la cárcel de la base militar de Guantánamo, en Cuba, en donde est´-an detenidos centenares de hombres de varios países árabes, quienes fueron capturados en sus respectivas naciones por tropas norteamericanas sin ninguna orden judicial y llevados hasta esa base acusados de terrorismo, sin existir ni la más mínima prueba en su contra, sin tener derecho a ser defendidos por algún abogado y sin tener tampoco derecho a un juicio justo porque ni siquiera sus familiares conocen sus sitios de reclusión. Y, como si fuera poco, en los mismos mensajes diplomáticos los militares norteamericanos reconocen que no tienen prueba alguna contra estos detenidos y, sin embargo, estas personas llevan ocho y nueve años detenidas sin razón alguna, en una clara y flagrante violación de muchos de los llamados "Derechos Humanos" que los Estados Unidos dicen defender a toda costa y cuyo cumplimiento estricto le exigen a los demás países del mundo subdesarrollado (como Colombia)
para extenderles anualmente la más humillante "certificación" en "Derechos Humanos".

!Qué patética doble moral!

El peor violador de los derechos humanos en el mundo actuando como el policía del planeta y castigando con presiones económicas a los demás países pobres a su antojo y capricho alegando supuestas o reales "violaciones de los derechos humanos", como sucede precisamente con Colombia que lleva seis años esperando que el gobierno norteamericano cumpla su palabra de ratificar el Tratado de Libre Comercio suscrito entre ambos países. Ahí está expuesta ante la faz del mundo la verdadera e hipócrita cara del gobierno norteamericano, cuyo cinismo es mucho más grande que su vasto territorio al mantener secuestrados a cientos de civiles inocentes y proteger a sus nacionales acusados de asesinar sindicalistas en Colombia, mientras que al mismo tiempo acusa al gobierno colombiano de violar los derechos humanos de los sindicalistas por no protegerlos adecuadamente contra los asesinos supuestamente contratados por norteamericanos.

Sin duda la historia dirá que nuestra época no solo es la época de la Patria boba, sino también la era de los idiotas.

Hasta nuestro próximo encuentro, queridos amigos.

Efraín