sábado, 2 de junio de 2012

La Ética en los Negocios (3)

Hola, amigos:


Las formas como los directivos de grandes empresas roban descaradamente a sus clientes o usuarios, por lo menos en Colombia, solo está limitada por la perversidad e imaginación de estos modernos ladrones de cuello blanco.


Tomemos un caso  protagonizado por la Empresa Telefónica de Bogotá hace unos diez años. Esta empresa resolvió un buen día agregar a las facturas de sus usuarios una pequeña suma ( menos de un centavo de dólar), confiando que nadie reclamaría por ese cobro tan exiguo y, efectivamente, el 99.9999999999% de sus clientes pagaron sin decir nada.
Pero hubo alguien que si lo hizo y reclamó a la empresa, cuyos funcionarios lo despacharon con la clásica respuesta que usan todas las empresas de servicios públicos en Colombia:
-Primero pague la factura y reclame después.


Así lo hizo este usuario. Y como la respuesta a su reclamo no lo satisfizo interpuso una demanda ante las autoridades de control las cuales, después de una larga investigación, obligaron a dicha empresa a devolver a sus usuarios el dinero recaudado por este cobro injustificado, recaudo que sumó $69.000.000.000, aproximadamente unos 35 millones de dólares de esa época.


Pero las empresas privadas van mucho más allá en sus robos y atropellos, aprovechando la laxitud de las autoridades de control. Veamos un caso típico:


En Colombia funciona una filial de una multinacional de telecomunicaciones que ofrece servicios de telefonía local y de larga distancia, junto con televisión por cable y conexión a internet. Y las formas como esta empresa estafa a sus usuarios son las siguientes:


- Mediante una hábil publicidad engañosa, motivo por el cual ha sido multada varias veces. 


- Cobrando a sus usuarios servicios que no les ha dado.
  Para esta segunda modalidad de estafa opera del siguiente modo:
Como una de sus ofertas para ganar nuevos clientes es la de ofrecerles telefonía local gratuita, mientras que la de larga distancia si la factura, sus ingenieros han instalado un software que hace lo siguiente con la línea telefónica fija del usuario:


 1- Cuando la persona recibe en su teléfono fijo una llamada desde otra ciudad y esta dura menos de un minuto, el sistema la factura como saliendo desde su teléfono pero automáticamente los segundos que ha durado la llamada los transforma en minutos. Así, una llamada recibida  desde otra ciudad y que solo duró 50 segundos, en la factura siguiente le aparecerá como realizada desde su teléfono pero con una duración de 50 minutos y se le cobra como tal.


2- Cuando el usuario recibe en su teléfono fijo una llamada de larga distancia y esta dura más de 20 minutos, al llegar a este tiempo el sistema se activa y esa llamada la toma como realizada desde ese teléfono, desde el minuto 20 o 21  cuando se recibió, y se factura por la totalidad del tiempo que haya durado.


Por ejemplo: un usuario residente en la ciudad de Cali, suscrito a esta empresa, recibe a las 08:00 horas una llamada desde Bogotá, la cual dura 45 minutos. 
Entonces, en la factura del siguiente mes de este usuario residente en Cali le aparecerá una llamada iniciada desde su teléfono a las 08:20 horas al teléfono de Bogotá, por una duración de 45 minutos.
Y, como es de suponer, esta empresa jamás reconoce esta clase de cobros indebidos, aunque se le presenten las dos facturas de los teléfonos de Cali y de Bogotá, en donde se demuestra que la empresa de Bogotá también facturó la llamada hecha a Cali a partir de las 08:00 horas y exactamente por una duración de 45 minutos, de tal modo que las dos llamadas facturadas se superponen en el tiempo a partir de las 08:20 horas, lo cual es absolutamente imposible.


Este tipo de estafas contra los usuarios ha llevado al Estado colombiano a endurecer las multas aplicadas, porque las anteriores multas de 25 mil dólares estas empresas las pagaban muertas de la risa y seguían delinquiendo porque el monto de sus estafas es del orden de miles de millones de dólares al mes; sin embargo, ahora las multas son de cerca de 550 mil dólares y será interesante ver si las siguen pagando como si nada para seguir estafando al sufrido pueblo colombiano.


Por lo anterior le sugiero, amigo lector, que si usted reside en Colombia revise con lupa su factura de servicio telefónico y si encuentra alguna de las anomalías antes señaladas no vacile en poner su queja ante la Superintendencia de Industria y Comercio, porque si por cada usuario estafado a esta empresa la multan con $1.000.000.000, será interesante ver hasta donde le alcanzan sus recursos para seguir pagando estas multas antes de que sus directivos se den cuenta que es más rentable actuar con honestidad que seguir siendo unos vulgares ladrones.


Hasta nuestro próximo encuentro, queridos amigos.


Cordialmente,


Efraín



sábado, 10 de marzo de 2012

La Ética en los Negocios (2)

Hola, amigos:

Después de un largo receso, de nuevo estoy con ustedes.

Dentro de los distintos enfoques actuales dados a la ética, hay uno nuevo llamado "Ética Pragmática". Palabras más, palabras menos, quienes lo promueven tratan de convencer al resto del mundo de que la ética "es un asunto personal", o sea que no deberían existir consensos, normas ni conceptos sociales acerca de ella, de tal modo que cada persona decida, por sí misma, qué es lo bueno y lo malo, lo correcto y lo censurable.

Y, como es obvio, esta "ética pragmática" les ha caído como anillo al dedo a los empresarios corruptos, cuya codicia es insondable, para quienes la ética, las leyes y la moral son solo enojosos estorbos que hay que soslayar para poder alcanzar sus fines económicos. Porque eso de trata todo: de ganar dinero, más y más, en cantidades exorbitantes, sin importar cómo se logre hacerlo.

Por supuesto que no estoy en contra de los legítimos objetivos de cualquier empresa, los cuales son fundamentalmente económicos, porque si no obtuviera ganancias no podría sostenerse ni mucho menos crecer. Mi crítica va dirigida al modo como se obtienen dichas ganancias.

En décadas pasadas era común que los directivos de cualquier gran empresa hicieran proyecciones de crecimiento y utilidades a cinco años, colocando metas de crecimiento de alrededor del 25%; esto hizo que, por lo menos en Colombia, muchas empresas crecieran rápidamente, sobre todo porque la nuestra era una economía cerrada, sin competencia extranjera, por lo cual existían muchos monopolios y el consumidor era vilmente explotado porque no tenía muchas opciones para adquirir los productos que necesitaba.

Pero esto cambió a raíz de la apertura económica ocurrida hace unos veinte años, porque con la llegada de la competencia extranjera los empresarios tuvieron que volverse eficientes si querían sobrevivir y seguir en sus negocios. Sin embargo, ante la dura realidad de tener que existir dentro de un mercado limitado, porque la población nunca ha crecido al ritmo del 25% anual, para poder mantener esas exageradas ambiciones muchos empresarios decidieron mandar al diablo la decencia y la honradez en el modo de hacer sus negocios, para dedicarse sin ningún rubor al pillaje más descarado, literalmente robándoles el dinero a sus clientes por medio de publicidad engañosa, tarifas de servicios escandalosamente altas y, en algunos casos, estafándolos con cobros de servicios que los clientes jamás han disfrutado.

Esto parece una gran exageración, pero es literalmente cierto. En Colombia lo que está de moda es el atraco a sus clientes por parte de los empresarios corruptos y no solamente del sector financiero, sino de algunas otras áreas de la economía como las empresas de servicios públicos y, sobre todo, de la telefonía móvil. En mi próximo artículo ampliaré este tema.

Un abrazo para todos.

Efraín.