martes, 30 de noviembre de 2010

¿Qué es la Justicia?

Hola, amigos:

En muchos países se habla de la gran crisis que afronta la justicia. En algunos esta se negocia abiertamente, a cambio de dinero, en forma "legal", como si fuera una mercancía cualquiera,como ocurre en los Estados Unidos, país en donde los directivos de una gran multinacional que opera en Colombia pagaron 25 millones de dólares al fisco norteamericano a cambio de no ser encausados judicialmente por haber patrocinado a grupos armados ilegales para cometer múltiples asesinatos en Colombia.

En otras naciones los poderosos delincuentes de cuello blanco también la compran en forma subrepticia sobornando a los jueces, fiscales, magistrados o a los abogados de la contraparte.

En otros más, como ocurre en Colombia, la justicia ha entrado a formar parte de las variadas herramientas que usan los políticos corruptos para obtener sus fines, incluso como intrumento de oposición política contra algún gobierno, como sucedió en los últimos cuatro años cuando la corte suprema de justicia de Colombia no dudó en violar multitud de leyes para atacar al entonces presidente Álvaro Uribe Vélez y a centenares de miembros de su gobierno o a simples simpatizantes del mismo, persecución judicial que aún hoy día se mantiene intacta cuatro meses después de haber terminado dicho gobierno mientras que, por otra parte, los políticos simpatizantes de los terroristas de las Farc, como la ex senadora Piedad Córdoba y otros muchos más, gozan de total impunidad y no han sido investigados por dicha corte "por falta de pruebas", a pesar de que los computadores incautados al jefe de las Farc "Raúl Reyes" contienen miles de documentos que prueban de manera irrefutable su vinculación y apoyo a esa organización criminal.

Pero, ¿qué clase de justicia podrá administrar una corte suprema de justicia de Colombia carcomida hasta los huesos por escándalos de corrupción, debido a que varios de sus miembros son amigos reconocidos de un narcotraficante llamado Giorgio Sale, quien durante años los llenó de costosos regalos y viajes gratuitos en vuelos charter para asistir a lujosas fiestas? Y si no fuera por que la policía italiana apresó a dicho criminal, con seguridad este todavía estaría gozando de la protección que la fiscalía general de Colombia le dio a dicho delincuente, al evitar que la investigación abierta contra él desde el año 2.002 tuviera algún progreso.

Ante este deprimente cuadro que presenta la justicia en Colombia, y con seguridad que también en muchos otros países, el ciudadano común está inerme ante los abusos de autoridad de los corruptos disfrazados de fiscales, abogados y magistrados, porque si alguien se atreve a criticarlos públicamente sus represalias pueden ser terribles, como les ha ocurrido a multitud de valientes periodistas que han publicado sus análisis y sus protestas ante esta aberrante situación. Para la muestra un botón: la periodista Salud Hernández, del diario El Tiempo de Bogotá, está afrontando un proceso penal abierto contra ella por la corte suprema de justicia, precisamente por criticar sus fallos y su abierta parcialidad.

Y, a todas estas, ¿qué es la justicia? Espero abordar con algún detalle este interesante tema en mi próximo artículo, incluyendo la nueva definición de Justicia que será la que se adoptará en el presente siglo XXI.

Hasta nuestro próximo encuentro. Un cordial saludo ara todos.

Efraín

lunes, 15 de noviembre de 2010

Carta a un Corrupto

Carta a un Corrupto/Opinión
Por: Ernesto Cortés /12:47 PM / 06 de Noviembre del 2.010
Diario El Tiempo de Bogotá.D.C, edición digital.

Se necesita tener muchos hígados como usted para llegar a su casa y darles un beso a sus hijos.

Yo no sé quién es usted. No lo conozco ni me interesa. Pero intuyo su perfil, su forma de actuar, sus buenas maneras - siempre aparentes -; su facilidad de palabra y una habilidad infinita para los negocios que se tejen bajo la mesa de una entidad pública o privada. Da igual.

Usted puede seguir orondo por la vida viendo incrementar sus arcas personales. O, lo que es peor, las familiares. Usted puede seguir esquilmando al Estado, haciendo que todo se vuelva más costoso; que lo que hoy vale un peso tengamos que pagarlo por tres; usted puede seguir ayudando a dejar niños sin escuelas, calles sin puentes, hospitales sin vacunas, vías sin pavimentar, jóvenes sin universidad, pobreza y desempleo.

¿Acaso sabía que con lo que se quedan usted y los de su clase se les podría dar educación gratis a 4 millones de niños o pagar la nómina de la mitad de los maestros del país o duplicar el presupuesto de Bienestar Familiar cada año?
Claro que lo sabe, son 4 billones de pesos, lo mismo que pagan los bogotanos en impuestos. Usted maneja esas cifras, y mientras engorda sus bolsillos, la plata escasea para lo realmente importante.

Puede hacer todo esto y más en la tranquilidad de que su facilidad para actuar por fuera de la ley lo hará ver siempre como aliado de ella.
Y porque, por lo general, personas como usted suelen comprarlo todo, hasta la conciencia de quienes deberían impartir justicia, mientras los ciudadanos de a pie miran impávidos, desde sus propias angustias,cómo se les pasa la vida tratando de pescar el último peso para llevar a casa.

Pero no se preocupe pro eso, faltaba más, eso que llaman "opinión pública" son simples ciudadanos a quienes el tema de la corrupción ya dejó de preocuparles.
La gente se cansó de escuchar esa palabra y esperar alguna acción de las autoridades.

Y por los políticos, tampoco se afane. Muchos de ellos,cuando no están con usted, fungen como salvadores, adalides de la moral, pero jamás estuvieron ahí para prevenir que usted y sus cómplices se quedaran con parte del presupuesto público gracias a una licitación, un contrato, una palanca, un permiso, una liquidación torcida, una fundación de papel o un simple sello. Fácil.

Alguien me contó que un día cualquiera fue tentado por personas como usted.
Sintió lástima del papelón que hizo su interlocutor, al que le sudaba el bozo mientras trataba de ocultar el voluminoso sobre que había puesto sobre el escritorio y que esta persona rechazó casi que apenada, jamás indignada. A eso hemos llegado.

Se necesita tener muchos hígados como usted para llegar a casa y darles un beso y un abrazo a los hijos, compartir sus hazañas y salir al cine o llevarlos al parque sin asomo de intranquilidad por los negocios turbios que solo usted conoce.

Usted no tiene que pagar nada, los demás, las personas de bien, si: pagan la ineficiencia de las entidades; el atraso de las obras; las demoras a las que se someten por cumplir la norma; pagan los sobrecostos y la inequidad.
¿Pero sabe cuál es el costo mayor? La credibilidad en nuestras instituciones, en nuestros dirigentes, que una vez puestos en tela de juicio quedan condenados. Y todos pagamos por la mala imagen de nuestro país o nuestra ciudad. Eso no tiene precio. Eso no lo puede pagar ni siquiera gente como usted. O de pronto si.

erncor@eltiempo.com.co
EDITOR JEFE DE EL TIEMPO


COMENTARIO:
He transcrito textualmente este magnífico artículo porque me identifico plenamente con su mensaje. Es lo que sin duda cualquier ciudadano honesto, de cualquier país, desearía decirle a cualquier corrupto frente a frente, por lo menos para desahogar en algo la terrible frustración y sensación de impotencia que sentimos la inmensa mayoría de los ciudadanos frente a la gran magnitud, cada vez mayor, de este fenómeno de la corrupción.

Hasta nuestro próximo encuentro, queridos amigos.

Efraín

miércoles, 3 de noviembre de 2010

La Psicología del Corrupto

El corrupto es el ser humano de más bajo nivel de evolución moral que hay sobre la tierra, por lo cual sus máximas ambiciones son:

SATISFACER: sus instintos, pasiones e inclinaciones que le brinden placer y bienestar a su cuerpo físico.
POSEER: todo cuanto exista bajo el sol.
DOMINAR: a sus semejantes, a la tierra y a la Creación entera.

Esto explica el por qué los altos valores morales como la honestidad, la sinceridad o la lealtad son letra muerta para él, porque les da la misma importancia que a las piedras de cualquier camino: sencillamente para él no existen y por eso se muere de la risa que lo llamen deshonesto, hipócrita, desleal o cualquier otra cosa similar.

Y puesto que su entera atención está puesta en el dinero y en idear formas de conseguirlo en grandes cantidades, sin importar los medios que tenga que usar para obtenerlo, esto nos permite conocer otras de sus facetas: el corrupto es, por encima de todo, un egoísta completo; por eso su palabra preferida es YO, YO, YO y YO. (Yo quiero una comisión del X% en este contrato). Y este egoísmo extremo encuentra un canal de manifestación a través de su más refinada astucia, la cual es una fase inferior de la inteligencia, que le confiere una mentalidad sumamente ágil para salirse con la suya cuando es sorprendido haciendo sus típicas maniobras dolosas; en estos casos, sus declaraciones públicas a los medios de comunicación son las mismas:

-"Mis actuaciones siempre han estado enmarcadas dentro de la ley".
-"Se trata de una persecución política en mi contra".
-"A las mentiras y a las infamias que dicen contra mi, yo les respondo con hechos y con obras".
-"Voy a demandar a quienes me acusan, por los delitos de injuria y calumnia", etc.,etc.

Y sobra decir que casi siempre el corrupto se sale con la suya evadiendo la justicia y la crítica social porque, por lo menos en Colombia, este personaje es un experto en "interpretar" las leyes a su favor aunque no tenga un título como abogado, debido a que en esencia es lo que en nuestro medio se conoce como un "avivato", o sea aquel personaje que siempre está avizorando dónde hay algún resquicio legal que él pueda aprovechar para sacar algún beneficio económico, generalmente a costa del erario público o sea del dinero de todos los contribuyentes.

Y sobra decir que este tenebroso personaje tiene dos grandes campos de acción en los cuales nada como pez en el agua: la política y el sector financiero. Y como los políticos son quienes dirigen el Estado, entonces muy astutamente han ideado una fatídica alianza (por lo menos en Colombia) mediante la cual los corruptos incrustados en el congreso y en la dirección del Estado hacen "leyes" hechas a la medida para favorecer determinados sectores económicos y aumentar sus exorbitantes ganancias "de manera legal", sectores o gremios que obviamente les retribuyen sus servicios con suculentas "comisiones" que son a todas luces ilegales. Pero como nadie se entera de ello... pues no pasa nada. Y si algún periodista averigua todo el asunto y lo publica entonces las autoridades superiores anuncian que realizarán "una investigación exhaustiva" del caso y que "sancionarán a los responsables".... y efectivamente lo hacen, pero no enviándolos a ninguna cárcel sino como embajadores en algún remoto país mientras a la prensa y a la población indignada se le olvida el asunto.

Y la mano del corrupto se ve en las leyes que son aprobadas en el congreso colombiano, porque todas ellas son cuidadosamente redactadas con artículos o con parágrafos que indican excepciones a su aplicación u otras condiciones que le permitirán al corrupto evadir dichas leyes. Este tipo de excepciones legales, incluidas dentro de cada nueva ley se conocen en Colombia con el nombre de "micos" y por lo mismo un aforismo común en nuestro país es: "Hecha la ley, hecha la trampa". Esta es una de las causas de la corrupción en Colombia, pero no la única.

Este tipo de concubinato entre el Estado, los políticos corruptos y el sector financiero en Colombia lo he bautizado con el nombre de "LA TRIPLE ALIANZA" y sus pormenores están descritos en en mi libro "Ética y Valores para Reconstruir a Colombia". Quien desee conocer a fondo este tema solo tiene que pedir esta obra por medio de este blog.

¿El corrupto le teme a algo? Por su cinismo y desfachatez con que actúa pareciera que no , pero realmente si le teme a algo: a las sanciones legales que lo priven de su libertad y que le puedan ocasionar algún sufrimiento a su cuerpo físico. Es a lo único que teme. Lo demás le importa un bledo; que en la calle o en los medios de comunicación lo llamen corrupto o ladrón eso no lo trasnocha en lo más mínimo porque, por lo menos en Colombia, si alguien se atreve a señalarlo en esta forma se expone a pasar una larga temporada en prisión porque este nefasto personaje cuenta con un aliado incondicional y tremendamente efectivo para protegerlo: la justicia colombiana.

Hasta nuestro próximo encuentro, queridos amigos.

Efraín