miércoles, 30 de marzo de 2011

La Justicia y el Derecho Natural

Hola, amigos:

Continuando con el análisis de nuestra nueva definición de la Justicia, voy a referirme hoy a su última parte, o sea al Derecho Natural.

Es pertinente aclarar que el derecho establecido por el hombre y que es el mismo que se enseña en las facultades de esta ciencia jurídica es llamado universalmente "Derecho positivo", cuyo fundamento inamovible es la Ley derivada de la Constitución Política de cada país y reglamentada y puesta en forma de códigos por los órganos legislativos de cada nación, por lo menos en los regímenes democráticos. Y es también pertinente aclarar que este derecho positivo no tiene en cuenta absolutamente para nada el concepto de la Justicia aunque, en teoría, este derecho está establecido precisamente con el propósito de administrar Justicia. Esta es una de las tantas contradicciones legales que los legos en esta materia no entendemos.

Visto en otra forma, al abogado, juez o magistrado la Justicia, como tal, lo tiene sin cuidado, puesto que su único y exclusivo propósito es la aplicación rigurosa y a raja tabla de la ley vigente, sin importar para nada si dicha ley es justa o si, por el contrario, es una monstruosidad establecida por legisladores que la dictaron con fines egoístas y buscando exclusivamente su beneficio personal o de terceros.

Sin ir muy lejos revisemos la famosa "Ley de Pernada" que estuvo vigente en Europa durante la edad media cuando la sociedad feudal se dividía en dos grupos: los señores feudales, dueños de todas las tierras y demás propiedades y los campesinos que trabajaban en ellas, sin gozar de ningún derecho como personas. Pues bien, dicha ley de pernada consistía en que toda mujer campesina que deseara contraer matrimonio estaba obligada a pasar la primera noche de su luna de miel con el señor feudal dueño de los terrenos donde ella viviera; y si no lo hacía o si ya no era virgen podía ser castigada con la muerte.

El Derecho Natural, por el contrario, no se basa en códigos de ninguna clase sino en la elevada consciencia moral de los hombres más iluminados que ha dado la humanidad, quienes han dejado sus enseñanzas para beneficio de quienes las quieran aceptar y para propiciar el avance moral de todos los seres humanos.
De este modo, cualquier persona medianamente desarrollada en su esfera espiritual cree y está convencida que todo ser humano tiene derecho a la vida, a formar un hogar, a tener y educar a sus propios hijos, a elegir una profesión de su agrado y a trabajar en ella derivando dignamente su sustento de su ejercicio, a no ser explotado como esclavo y a muchos otros aspectos de vida que están en plena concordancia con las Leyes Naturales para favorecer la evolución del hombre en todas sus potencialidades.

Y a medida que la consciencia moral del hombre se desenvuelve hasta alcanzar mayores niveles de comprensión acerca de su papel en el mundo y su relación con la naturaleza, con sus semejantes y con la Divinidad, es cuando va descubriendo nuevos derechos que, tras largos debates y controversias, generalmente terminan siendo incluidos dentro de los códigos del derecho positivo.

Es curioso ver como quienes se llaman a sí mismos "los paladines de la Justicia", o sea los abogados, se dividen en dos bandos fieramente antagónicos: los positivistas y quienes, aparte de ser positivistas, tienen sus mentes abiertas para aceptar al Derecho Natural y aplicarlo en casos excepcionales.

El caso más notorio, y que aún hoy día es fuente de fuertes debates en las facultades de Derecho de muchos países, es el famoso Juicio de Nuremberg en donde fueron juzgados los principales dirigentes del Estado Nazi luego de terminada la segunda guerra mundial, debido a las atrocidades cometidas por ellos contra los judíos en los campos de concentración donde fueron exterminados más de seis millones de ellos.

Pues bien, el asunto es que el código penal alemán no contemplaba en ninguno de sus artículos el delito de genocidio por lo cual, a la luz del derecho positivo, no podía existir ningún delito y por lo tanto dichos líderes no podían ser juzgados por esos crímenes. Y eso fue lo que alegaron los abogados defensores y con lo cual están de acuerdo todos los abogados férreamente positivistas de todo el mundo actual.

Sin embargo, y para bien de la Justicia, otra cosa fue la que decidieron los responsables del Tribunal de Nuremberg, quienes consideraron que ante la monstruosidad de los crímenes cometidos por los nazis era moralmente inadmisible dejarlos sin castigo, por lo cual decidieron pasar por encima de la ley alemana y echaron mano del Derecho Natural para juzgarlos, condenarlos y sentenciarlos a muerte, a cadena perpetua o a largas penas de prisión, según fueran sus responsabilidades personales. Esta decisión todavía hoy día les quita el sueño a los abogados fanáticos del derecho positivo quienes alegan, sin ruborizarse, que contra esos dirigentes nazis se cometió "una aberrante injusticia".

Hasta nuestro próximo encuentro, queridos amigos.

Efraín

martes, 15 de marzo de 2011

LA JUSTICIA: Nueva Definición

Hola, amigos:

En un artículo anterior dije que "La Justicia es una emanación natural de la Verdad inmanente del Principio Creador del Universo".

Esta afirmación nos llevó a analizar con algún detalle algunos aspectos relacionados con la Verdad, sobre la cual espero que ustedes tengan ahora una mayor comprensión acerca de la misma.

De igual modo también puedo decir que la Justicia es un Principio Universal de Equidad, el cual es necesario para mantener el equilibrio de la Creación. Y aunque parezca que esta es una nueva definición de ella, esta es, a mi juicio, todavía bastante incompleta. Por lo tanto, una definición mucho mejor es la siguiente:

La Justicia es un Principio Universal de Equidad, que consiste en dar a cada ser lo que le corresponde por sus merecimientos y por derecho natural.

Noten ustedes que esta nueva definición es bastante diferente a cualquier otra de las definiciones conocidas de la Justicia y que fueron citadas en un artículo anterior.
Además, noten también que en esta nueva definición se habla de "seres" en vez de "personas", lo cual amplía su aplicación de una manera extraordinariamente vasta, ya que al referirnos a "seres" tenemos que forzosamente considerar como tales a todos los organismos vivientes, sin importar si se trata de organismos vegetales o animales, terrestres o extra terrestres.

En este orden de ideas estamos obligados a considerar, si aplicamos esta definición, si algunas acciones del hombre en contra de la naturaleza pueden ser justas o no, como es el caso de la contaminación de las fuentes de agua, la tala indiscriminada de bosques o la caza de animales por diversión, por deporte o por simple sevicia, como ocurre en Noruega con la muerte de miles de focas que son destrozadas a garrotazos en las playas de ese país por miles de noruegos, quienes sacian de esta forma sus innatos instintos asesinos atacando y masacrando a seres absolutamente indefensos.

Sin duda alguna, a la luz de esta nueva definición de justicia, tales actos deben ser considerados injustos, por lo cual las personas que los cometen tarde o temprano tendrán que afrontar las consecuencias de los mismos, auque por el momento ningún gobierno ni tribunal esté interesado en sancionarlos. Esto lo hará, en su debido momento, el instrumento más eficaz creado por la Mente Universal para aplicar su Justicia, el cual se conoce como "La Ley del Karma", sobre la cual escribiré en un artículo posterior.

Y observen también que en esta nueva definición se incluyen elementos nuevos no contemplados hasta ahora, como son "los méritos" y "El Derecho Natural".

Esto implica que esta nueva definición de Justicia va mucho más allá de la simple equidad considerada a rajatabla por las personas de escasa evolución espiritual como la obligación de darle a todo el mundo exactamente lo mismo de algún bien o beneficio, sin tener en cuenta ninguna otra consideración.
Aquí, por el contrario, se considera que quien merezca más debe recibir mayores beneficios.

Y aunque no es mi intención convertir este blog en un foro de discusión política, debo señalar que resulta curioso ver cómo la equidad considerada como el máximo ideal es la bandera de la ideología comunista, mientras que el premio al esfuerzo personal y el reconocimiento a los méritos del individuo es la bandera del sistema económico conocido como capitalismo. Y ya sabemos lo que ocurrió en la extinta Unión Soviética: en una sociedad en donde un médico especialista en cardiología o neuro cirugía ganaba el mismo salario que un obrero raso, quien por pereza evitaba estudiar y esforzarse en alcanzar mayores logros personales, no había ningún incentivo para propiciar un mayor avance de su sociedad, a la vez que era notorio ver que los dirigentes políticos de la nación gozaban de altos salarios y privilegios que jamás estarían al alcance del resto de la población.

Este sistema económico era, a todas luces, injusto para con la gran masa de la población rusa, lo cual explica su colapso, porque ningún sistema político o económico que sea construido sobre la base de la injusticia podrá permanecer en pie por mucho tiempo. La Unión Soviética duró escasos ochenta años, lo cual es apenas un suspiro dentro del panorama general de la historia universal.

En mi próximo artículo continuaré con el análisis de esta nueva definición de Justicia.

Hasta nuestro próximo encuentro, querido amigos. Un abrazo para todos.

Efraín